Científicos descubren tercer estado que revoluciona la comprensión sobre las células después de la muerte de un organismo

Un grupo de biólogos están revolucionando las ciencias al descubrir un “tercer estado” en el que las células de organismos muertos continúan en funcionamiento de maneras inéditas, sugiriendo que la muerte de los organismos puede desempeñar un papel importante en la forma en que la vida se transforma con el tiempo.

La ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, abordó este tema haciendo referencia al estudio publicado en The Conversation sobre los llamados biobots y sus aportes a la medicina.

“En un avance revolucionario, científicos han creado organismos que no están ni vivos ni muertos, conocidos como biobots, capaces de aprender nuevas funciones postmortem. Este descubrimiento desafía las nociones tradicionales sobre la vida y la muerte y tiene implicaciones significativas para la medicina y la biología”, explicó.

Comentó que estos organismos se forman a partir de células de otros “marcando un avance disruptivo en la biología sintética”. En este sentido, agregó: “Según los biólogos Peter Noble y Alex Pozhitkov, pioneros de la investigación, un ejemplo sorprendente son los xenobots, organismos creados a partir de células de embriones de ranas fallecidas”.

Al respecto, los científicos señalan que las células se reorganizan espontáneamente en estructuras multicelulares mostrando comportamientos inéditos. “Utilizan cilios—pequeñas proyecciones similares a pelos—para moverse por su entorno, una función distinta a la original, ya que en las ranas vivas los cilios sirven para mover mucosidad, no para el desplazamiento celular”, reseña la publicación.

El texto también hace referencia a los antrobots que se generan a partir de células pulmonares humanas.

Sobre estos, la investigación refiere que las “células se autoensamblan en diminutos organismos capaces de desplazarse por sí mismos utilizando cilios y, sorprendentemente, pueden reparar células neuronales dañadas cercanas sin haber sido programadas para ello”.

El estudio refiere que el «tercer estado» puede ofrecer nuevas oportunidades para la evolución de la vida y demostraría la capacidad de las células para adaptarse. “Los xenobots no solo se mueven, sino que también pueden repararse y replicarse sin necesidad de crecer, una forma de autorreplicación conocida como cinemática, muy diferente a los mecanismos de reproducción celular más comunes.”

En este sentido, la ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, manifestó: “Los investigadores descubrieron que las células de la piel extraídas de embriones de ranas muertas eran capaces de adaptarse a las nuevas condiciones de una placa de laboratorio, reorganizándose espontáneamente en organismos multicelulares llamados xenobots. Estos organismos exhibieron comportamientos que se extienden mucho más allá de sus funciones biológicas originales. En concreto, como puedes ver en el vídeo que insertamos a continuación, estos xenobots utilizan sus cilios (pequeñas estructuras similares a pelos) para navegar y moverse por su entorno, mientras que en un embrión de rana viva, los cilios se utilizan normalmente para mover la mucosidad”.

Otro de los aportes de este estudio es la posibilidad de emplear biobots para “reparar tejidos dañados, administrar medicamentos o incluso combatir tumores en el futuro, utilizando células del propio paciente para minimizar los riesgos de rechazo inmunológico”, indicó la ministra.

Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Vanessa Gutiérrez.

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