El agua de mar y la arena de las costas no solo son elementos naturales que brindan belleza y recreación, sino que también aportan información valiosa para la ciencia. Estos componentes permiten evaluar la salud ambiental de los ecosistemas marinos.
En Venezuela, el Laboratorio de Tecnologías Químicas Marinas del Centro de Oceanología y Estudios Antárticos (COEA) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) se dedica a proyectos ecológicos en la costa venezolana que ayudan a comprender la salud y la biodiversidad de los ecosistemas marinos.
Mediante muestreos biofísico-químicos, se evalúa la materia orgánica e inorgánica presente en la arena y el agua de mar. Esto contribuye a la sostenibilidad ambiental y pone la ciencia al servicio de los venezolanos.
En el boletín web del IVIC “Epa…Ciencia para ti!” explican que la arena intermareal es aquella que se encuentra entre el nivel del mar en marea baja y entre el nivel en marea alta.
Las mareas, causadas por las fuerzas gravitacionales de la Luna y el Sol, generan un movimiento constante de agua sobre la superficie terrestre.
Señalan que durante la marea alta, el agua de mar inunda esta zona, transportando partículas como microplásticos, nanoplásticos, metales pesados, desechos orgánicos y parásitos. Estos elementos se depositan en la arena y pueden afectar la salud de los ecosistemas costeros.
Además, detallan que los metales pesados, como el mercurio, el plomo y el cadmio, son tóxicos para los seres vivos. Si los peces o crustáceos ingieren estos metales, pueden llegar al torrente sanguíneo y afectar la salud humana si consumimos estos organismos marinos.
Por tal razón, el análisis de la arena y el agua de mar proporciona datos cruciales para comprender la presencia y distribución de metales pesados en los ecosistemas costeros.
Estos datos ayudan a comprender la salud y la biodiversidad de los ecosistemas marinos, contribuyendo así al bienestar de los seres humanos.
Con información del IVIC.
