Venezuela es un país de gran riqueza lingüística, reflejada en la variedad de idiomas y dialectos que coexisten en su territorio.
El castellano es el idioma predominante, con sus variados acentos y dialectos regionales como el llanero, caroreño, zuliano, caraqueño y otros.
Sin embargo, la diversidad lingüística de Venezuela se extiende mucho más allá.
Las lenguas indígenas son una parte esencial del patrimonio cultural de la nación. De acuerdo con la Constitución de 1999, se reconoce el uso oficial de los idiomas indígenas para las comunidades indígenas y se les debe dar respeto en todo el territorio de la República.
Se estima que en Venezuela se hablan al menos 70 lenguas indígenas, pertenecientes a familias lingüísticas como la arahuaca y la caribe, aunque muchas se encuentran amenazadas o en peligro de extinción.
Desde el Laboratorio de Etnohistoria y Oralidad del Centro de Antropología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), la antropóloga Jeyni González Tabárez, estudia desde una perspectiva antropolingüística, con bases semióticas y discursivas, los desafíos que la migración y la movilidad plantean a la vitalidad de las lenguas indígenas, con especial énfasis en los procesos de enseñanza y aprendizaje de idiomas en contextos multiétnicos.
La especialista, destaca como figura clave en la investigación de la diversidad lingüística y cultural de Venezuela. Con un enfoque en la antropolingüística, la sociolingüística y los estudios del discurso, trabaja incansablemente para comprender y preservar las lenguas y culturas indígenas del país.
“Mi línea de investigación se enfoca en la antropolingüística, la sociolingüística y los estudios del discurso (…) son los campos de las disciplinas desde las cuales me aproximo a la diversidad lingüística y biocultural de Venezuela”, comentó.
Asimismo, resaltó que desde el año 2005, colabora con el pueblo indígena Yabarana, ubicado en el municipio Manapiare del estado Amazonas.
“Trabajo específicamente con pueblos de lengua Caribe, entre los estados Amazonas y Bolívar, y actualmente me enfoco en las ideologías lingüísticas del pueblo indígena Yabarana”, reconocido por su esfuerzo en la revitalización de su cultura y lengua, así como por la lucha por el reconocimiento de sus derechos territoriales.
Igualmente, la especialista indicó que durante el proceso de investigación ha acompañado al pueblo Yabarana en un proyecto colaborativo que prioriza el diálogo y la comunicación.
“Se trata de un proyecto colaborativo, en donde lo principal es el diálogo y la comunicación, entre ellos y nosotros, los investigadores, quienes les aportamos herramientas etnográficas y herramientas para el abordaje de sus experiencias comunicativas en dos contextos importantes, en sus comunicaciones cotidianas, en el habla; en los distintos espacios donde su lengua ha tratado de cobrar vida, pero también un espacio educativo muy importante, configurado desde el modelo de educación propia, que son sus nichos etnolingüísticos”, apuntó.
En ese sentido, explica que estos nichos etnolingüísticos, son espacios de aprendizaje diseñados según el modelo de educación propia del pueblo y son fundamentales para que jóvenes y niños, junto a sus mayores, se acerquen a su idioma ancestral y trabajen para recuperarlo.
“Son espacios donde jóvenes y niños, junto a sus abuelos, sus tías, sus madres, se aproximan a su idioma ancestral para tratar de aprenderlo, de recuperarlo desde el uso (…) un proceso que no ha sido fácil, porque implica romper con la estructura educativa tradicional para poder trabajar en función de los intereses y de las grandes bondades que ofrece la educación desde la mirada de nuestros pueblos indígenas”, subraya.
González, también, enfatiza que estas identidades están construidas sobre una base histórica y etnohistórica que difiere de la visión occidental o criolla, acercándolos al mundo globalizado desde una ética cultural o biocultural única.
“Porque los definimos como nuestros, no porque nos pertenezcan, sino porque de alguna forma nuestras identidades están construidas desde esa base histórica, etnohistórica, que nos ofrecen desde sus cosmovisiones, desde su aproximación a la realidad de una ética cultural o biocultural diferente a la nuestra”, dijo.
La experta recalca que la educación intercultural es fundamental para la revitalización lingüística. Plantea que se necesitan programas educativos que “reconozcan el valor de las lenguas maternas y promuevan su uso en diferentes ámbitos de la vida social, desde sus propias necesidades y anhelos”.
Como antropóloga estudia las tensiones y relaciones desde el punto de vista de las ideologías lingüísticas, entendidas como las creencias y valoraciones que los Yabarana tienen sobre su lengua.
Estas ideologías son fundamentales para la identidad, las reivindicaciones culturales y el empoderamiento del pueblo, viendo las lenguas como un patrimonio y una herencia cultural invaluable.
La labor de Jeyni González Tabárez es un testimonio del compromiso con la diversidad lingüística y cultural, y su trabajo continúa siendo un faro de esperanza para la preservación de las lenguas indígenas en Venezuela.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología/ Periodista: Nailet Rojas / Fotos: Francisco Trias.