La descarbonización es un tema crucial en la actualidad, debido a la urgencia que requiere reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para hacerle frente a la crisis climática.
En el nuevo episodio de “Con Ciencia +Vida, El Podcast”, se abordaron las estrategias que deben impulsarse para evitar un desastre climático. La nueva entrega del espacio informativo contó con la participación de la ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, la periodista Jessica Dos Santos y Mónica Bruckmann, socióloga y doctora en Ciencias Políticas.
La descarbonización es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera. Su objetivo es lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.
La ministra para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, señaló que existe un ejercicio de conocimiento, de un pacto científico y tecnológico para desarrollar nuevas alternativas.
“Yo creo que una economía pensada para descarbonizar pasa también por un elemento importante de una agenda común científica y tecnológica. Hoy esas plataformas son cerradas. Hoy toda esa innovación tecnológica es cerrada. Entonces no es posible que nos pensemos descarbonizar la economía mundial, sino tenemos una agenda abierta de innovación tecnológica”, aseveró.
En este sentido, destacó la importancia de crear «una agenda de educación, de instalación de capacidades, de investigación, desarrollo e innovación, de adopción de estrategias viables, de transferencia de tecnologías; porque las brechas tecnológicas son reales».
La también vicepresidenta Sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, resaltó la importancia de «acceder a la instrumentación científica, a los reactivos de laboratorio, al intercambio entre los laboratorios, la cooperación entre las agendas de investigación de los diferentes centros del mundo que hacen política científica en esta materia».
Recalcó que «la ciencia es un territorio en disputa. Nuestra discusión y sensibilización de la importancia de entender la soberanía desde la Amazonía, desde el Esequibo, desde los espacios acuáticos. Es una agenda de reconocimiento».
Destacó la importancia de incorporar a las comunidades en estas agendas de investigación.
La ministra Gabriela Jiménez Ramírez sostuvo que la integración es la única salida viable para que enfrentemos los nuevos desafíos como humanidad, los escenarios nuevos de pandemias, los escenarios que tenemos de la emergencia climática, de la salud local.
En ese sentido, Bruckmann explicó que “cuando se plantea una estrategia de descarbonización que va a tener un impacto ambiental en cualquier otro lugar del planeta, se disminuyen las condiciones de una descarbonización real y estaríamos redistribuyendo los efectos del impacto climático de una cadena de valor que ahora recarga mucho más la base extractiva en un proceso que requiere muchos más recursos naturales que los procesos anteriores”.
La socióloga señaló que ante esa situación “es imposible pensar en esas estrategias sin, por ejemplo, fondos macizos de investigación e innovación para disminuir el impacto metal al mínimo posible de la actividad extractiva”.
Añadió que uno de los pilares de la descarbonización de la economía mundial es la electromovilidad, un mecanismo que “propone sustituir todo el parque automotriz mundial por vehículos híbridos eléctricos y dejar atrás los vehículos movidos a partir de fuentes de energía primaria fósiles hasta la transición energética que significa también la mayor participación de energías limpias en la canasta energética global”.
Alertó además que “todas estas cadenas industriales de bajo carbono van a producir una devastación ambiental colosal ampliada en los países y territorios que tienen estas materias primas. Y cuando hablamos de devastación ambiental, estamos hablando también de impacto económico, impacto social, impacto en la desestructuración de comunidades enteras que viven en las regiones que producen estos recursos naturales”.
Recomendó “comenzar a pensar los recursos naturales no como materias primas sino como inicio de cadenas regionales de valor tan necesariamente sustentadas en construcción de capacidades locales, de producción científica y tecnología”.