La revista española “Muy Interesante”, publicó una investigación hecha por Katherine Richardson, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, donde exploró los nueve límites planetarios conocidos y descritos por Johan Rockström y sus colaboradores, en 2009 en la revista Science. Estos límites permiten conocer el actual impacto de la humanidad sobre cada uno; de los nueve límites sólo hay tres que aún no han sido superados, mientras que los otros seis exigen una acción inmediata y colectiva. Los límites planetarios corresponden a “nueve variables que actúan como guardianas, protegen la estabilidad de los ecosistemas y sustentan las condiciones que permiten a la humanidad desarrollarse y mantenerse. Nueve límites que no deberían ser superados, por el bien de la preservación de la especie humana”, expresa el artículo científico de Rockström, del Instituto Medioambiental de Estocolmo, divulgado por la revista Nature. Teniendo este estudio como referente, Katherine Richardson alega que “el conjunto de ecosistemas tiene cierta capacidad de resiliencia, es decir, son capaces de soportar un nivel moderado de perturbaciones y recuperarse”. De esta manera, explica que las variables que presentan los mejores resultados están relacionadas con el agotamiento de la capa de ozono estratosférico, la cual muestra una ligera recuperación; la acidificación de los océanos, que también se mantiene dentro de los valores seguros para preservar los ecosistemas marinos; y por último, en situación más preocupante, pero aún dentro de los límites, se encuentra la presencia de aerosoles en la atmósfera, lo cual garantiza la calidad del aire y por tanto, de la salud humana. Variables fuera del límite En la publicación original de 2009, el equipo de Rockström ya advertía que tres de los límites habían sido superados. Actualmente, en 2023, ya son seis. “Esto significa que hoy la Tierra se encuentra fuera del espacio operativo seguro para la humanidad para estas seis variables”, expresa el artículo. Los límites superados refieren el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero; la alteración de los ciclos biogeoquímicos, especialmente el del nitrógeno; la integridad de la biosfera, que ha ocasionado la extinción de especies. Asimismo, se encuentran el uso del agua dulce, excedido por la sobreexplotación de recursos hídricos y la contaminación; los cambios en el uso del suelo causado por la expansión descontrolada de la agricultura, la urbanización y la deforestación; y las denominadas «entidades nuevas», que incluyen los contaminantes por microplásticos y los residuos radiactivos. Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Eliana Muñoz